Calçots
Es la antigua tradición gastronómica catalana.
Cuando llega la primavera llega el momento de comer deliciosas cebollas calçots asadas al fuego. Son parecidos a los puerros, pero mucho más grandes y jugosos. Los calçots se cultivan cubriéndose de tierra para que se estiren en búsqueda de luz y tengan así una gran parte blanca comestible. Los calçots se comen acompañados salsa romesco, que se elabora con tomate, ajo y almendras.
Pero primero se fríen hasta que la capa superior está carbonizada, luego se envuelven en papel de periódico y se sirven enrollados. Debajo de la primera capa, que se pela a mano, se encuentra la parte comestible de la cebolla.
Los calçots son difíciles de comer con elegancia, por eso los restaurantes ofrecen guantes y baberos. Y si se comen al aire libre, es mejor llevar ropa que no nos dé pena ensuciar. Las cebollas se toman con vino tinto, que se sirve en una jarra de barro.
Tradicionalmente, en la calçotada, toda la familia y los amigos se reúnen alrededor de una mesa grande. Es una gran ocasión para reunirse y pasar el tiempo juntos . ¡Vivan los calçots! ¡Visca calçots!
Ekaterina Zaytseva

