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La morera

La morera

La morera

La morera es una planta antigua y sorprendentemente útil que ha fijado su residencia en Mallorca. Prefiere la humedad, pero lo que más le atrae es el sol, como si hubiera sido creada para bañarse en sus rayos. Entre las dieciséis especies conocidas destacan la morera blanca y la negra.

Las bayas de la morera se parecen a las frambuesas, pero son diversas: blancas, negras, rosas y moradas. La primera cosecha no puede esperarse antes del décimo año, pero luego el árbol agrada durante mucho tiempo por su sabor y utilidad. Algunas variedades no dan fruto, pero también son apreciadas por su belleza: se plantan en setos y forman graciosas copas, piramidales o lloronas, como los sauces.

La morera es un verdadero tesoro. Su madera es tan suave como la seda, con su corteza se fabrican fuertes hilos y con sus hojas se hacen pinturas. Las moras son ricas en vitaminas y microelementos, ayudan contra la anemia, los problemas digestivos, fortalecen el corazón y los vasos sanguíneos.

En el pasado, las moreras se cultivaban activamente para alimentar a los gusanos de seda, lo que contribuyó a la producción de seda en Mallorca, especialmente en los siglos XVII-XVIII. Hoy en día, se pueden encontrar moreras en algunos jardines históricos y parcelas agrícolas. Los frutos de la morera, especialmente los negros, son comestibles y se utilizan para hacer mermeladas, confituras y zumos. Aunque no son tan populares como otros árboles, las moreras siguen siendo una parte importante del patrimonio cultural y agrícola de la isla.